Para escribir La esencia de la empresa familiar he conversado con grandes protagonistas del mundo empresarial que son, sobre todo, personas con mucho talento y talante, grandes visionarios. Algunos son fundadores de negocios y otros son hijos o incluso miembros de la tercera o cuarta generación familiar. En total, he recogido la voz de más de 50 de los principales empresarios de hasta 18 países a uno y otro lado del Atlántico.

A lo largo de la obra se relatan las vivencias personales y profesionales de las familias Slim, Servitje, Motta, Luksic, Sarmiento, Gilinski, Benavides, Vicini, Puig, Raventós o Pascual, por citar solo algunos de los nombres más descollantes. Y se analizan asimismo tres pilares clave de toda organización, especialmente importantes para las empresas familiares: el Sueño del fundador, los Valores y la Comunicación. Tres elementos indispensables para que las organizaciones familiares sigan escribiendo páginas de éxito en los libros de historia.

La empresa familiar como ventaja competitiva

La familia es siempre un valioso capital intangible, puesto que como personas y en ocasiones, con su patrimonio individual, responden por la empresa. La labor de los empresarios familiares es portentosa en todo el mundo y en todos los mercados; les une el haber convertido su sueño en un proyecto, transformando negocios, sectores, regiones y países con el respaldo de su familia. En todos los casos, el fundador es el ejemplo en el que se miran las siguientes generaciones y la columna vertebral para construir vínculos estrechos con los grupos de interés. De hecho, entre sus grandes retos figuran el éxito de la empresa y el relevo generacional. Pero el legado no es más fácil que el éxito en los negocios, hay que planificar y trabajar en lo que garantiza la unión: la comunicación.

La comunicación, el conseguir que la empresa sea querida por sus clientes, por sus empleados y, por supuesto, por la propia familia, es la mejor manera de garantizar el futuro de estas compañías. Puede parecer una receta sencilla, pero en modo alguno lo es, habida cuenta de que una de cada tres empresas familiares desaparece en la tercera generación.

El sentido de pertenencia, el orgullo de encarnar un proyecto común y la pasión por la empresa son los ingredientes imprescindibles para garantizar el futuro. Las sagas familiares que he entrevistado en este libro coinciden en que uno de los grandes retos es la transmisión de los valores y la comunicación intrafamiliar, sobre todo conforme la familia crece y la empresa se expande. Y la gran mayoría coincide en que los valores fundacionales y los de familia han de ser sistematizados, estructurados, que permeen el día a día de la familia y de la empresa.

La familia empresaria afronta otro enorme desafío debido a la velocidad tan rápida a la que se mueve el mundo hoy en día, que convierte a la tecnología en un aliado, pero también puede transformarla en el peor enemigo. En este punto, de nuevo, la comunicación se erige en una herramienta clave, ya que junto a la tecnología son dos instrumentos cruciales para cohesionar a los miembros de la familia, ahora más que nunca con los millennials y la generación Z, que tienen una concepción diferente del mundo, están hiperconectados y son globales.

Grandes nombres detrás de grandes proyectos

Son muchos los empresarios que han compartido conmigo sus historias con el fin de que los lectores conozcan las personas detrás de las grandes empresas. Entre ellas, Luis Carlos Sarmiento, que empezó por construir donde nadie quería hacerlo, luchando contra el peligro, y que hoy es el líder empresarial en Colombia y mecenas del mayor centro hospitalario de lucha contra el cáncer.

Carlos Slim Domit, hijo del magnate y filántropo Carlos Slim Helú, ha desgranado su propia visión de un futuro digital que ya está aquí, así como del compromiso empresarial, clave para la transformación social. Apasionantes son los relatos de Jaime Gilinski o Valentín Díez Morodo, que recorrió el mundo haciendo marca país; Antonio del Valle, banquero y empresario de éxito en México; Daniel Servitje, Stanley Motta, que ha transformado Panamá convirtiéndolo en un hub de relevancia; Andrónico Luksic, responsable de la apertura de su empresa al mundo a través de las redes sociales junto a su hermana Paola; o Mariano Puig, cuya empresa está detrás de muchos de los grandes perfumes del mundo y que ha contribuido al desarrollo de la empresa familiar en España y fuera de ella. Todos ellos desvelan sus valiosas experiencias; historias que enseñan lecciones reales sobre cómo se puede crear riqueza para sus empresas y sus países de origen, guiándose por los valores.

La meta de estos hombres y mujeres no es solo crear valor financiero, sino lograr un equilibrio óptimo entre los aspectos socio-emocionales, que son parte integral del legado familiar. Tenemos, por ejemplo, el caso de Mireya Cisneros, que empezó con la fundación de la compañía familiar y que, hoy en día, contribuye con su propia fundación; o Felipe Vicini y su hermana Amelia, que han compartido su visión de nuevos modelos en la gestión de empresas familiares y de acción social.

La Comunicación, la gran aliada

El gobierno corporativo, la estrategia de sucesión y el control de la compañía son los tres pilares básicos que tanto el fundador como sus herederos han de apuntalar conforme la empresa crece y/o la familia se expande. Pero no hay que olvidar la comunicación: una adecuada estrategia de comunicación que involucre a los accionistas actuales, a los futuros accionistas y a los padres y madres de esos futuros accionistas, aunque sean familiares políticos de los herederos. Y es que la comunicación intrafamiliar es básica para fortalecer los lazos familiares y evitar así la posible desconexión de miembros que no trabajan en la empresa, pero son accionistas o familia de accionistas, en particular los más jóvenes.

Durante mis más de 30 años de experiencia al frente de la consultora de comunicación ATREVIA (antes Inforpress), trabajando con clientes de muy diversa índole, he comprobado que, a veces, quienes no trabajan en la empresa o en sus órganos de gobierno disponen de menos información que cualquier empleado, proveedor o cliente, y solo reciben información financiera o los recortes de prensa, dejando claro que primero se informa a los periodistas y después a ellos. Esto me parece un error. Hace falta aprovechar mejor las ventajas que hoy ofrece la tecnología, las APPs, las intranets, las retransmisiones en streaming… para comunicar a la familia entre sí.

Bajo los focos de la sociedad

Hoy en día la familia empresaria ya no puede permanecer en el anonimato. Con las redes sociales, el bajo perfil comunicativo deja de existir y se diluyen las fronteras entre la comunicación intrafamiliar, la comunicación de la empresa hacia los empleados y ejecutivos no familiares, o la comunicación entre la empresa y la sociedad. Todo debe poder pasar el filtro de una opinión pública cada vez más exigente, que demanda buenas prácticas de gobierno corporativo, compromiso, responsabilidad y rendición de cuentas.

Así que, quieran o no, las familias empresarias están bajo los focos de la sociedad y necesitan elegir SU modelo de comunicación. Como familia pueden optar por mantener un perfil comunicativo bajo, pero no queda más remedio que estar preparado. Hoy en día, “si no comunicas tú, comunican por ti”, nos dicen los entrevistados del libro La esencia de la empresa familiar. Valores y comunicación. Hay que formar a la familia, entrenarlos para hablar ante los medios y en el uso de las redes sociales, protegiendo sus intereses y los de la familia, sabiendo que toda información o rumor que salta a la red puede convertirse en viral en cuestión de minutos.

En este libro se desvelan casos de éxito con empresas centenarias y cientos de accionistas, y siempre presentan un rasgo común: han logrado construir y mantener un cuidadoso sistema de escucha y una buena estrategia de comunicación familiar.