Y no me refiero tanto a la teoría, como a la práctica: creo que los expertos realmente aprenden su disciplina en el campo de batalla. Muchas de las lecciones que me han ayudado a ofrecer un mejor servicio a mis clientes no las he aprendido en la escuela o en un libro. Han sido las propias familias quienes me han mostrado las claves para trabajar con ellas, para construir conjuntamente resultados profesionales y satisfactorios.
Basado en mi experiencia, me he atrevido a compilar y compartir una serie de ideas, que creo podría ayudar a los asesores en el campo de la empresa familiar a ampliar y mejorar sus métodos. La selección se basa en un criterio netamente personal, que se nutre del desarrollo de la empatía y la intuición que nos permite ver más allá de los sentidos al trabajar con familias empresarias, y no deja de ser una sugerencia de temas personales que pienso que los asesores deben saber, por lo que no pretende ser una lista completa o definitiva.
Familia
Sí, es cierto: los lazos de sangre siempre serán poderosos. Como individuo externo al sistema familiar, la práctica siempre exigirá que el asesor evite a toda costa las triangulaciones entre los miembros de la familia, y especialmente entre la familia y el propio asesor. Por eso sugiero que debería saber:
Sucesión
Todo proceso de asesoría de una familia empresaria implica, directa o indirectamente, un tema de sucesión. Saber leer lo que se esconde detrás de cada opinión, nos ayuda a entender cuáles son las expectativas, miedos y aspiraciones de cada individuo en torno al futuro que desean. Y para que un plan de sucesión sea viable, debe satisfacer tanto al individuo como a la familia. Por todo esto, para que una sucesión se pueda dar, es mi opinión que todo asesor debe saber:
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Riqueza
A veces no es tan fácil saber descifrar la relación de cada persona con el dinero, ya que nuestra percepción está configurada por nuestra propia idea de lo que es la riqueza. Afortunadamente podemos entregar cierto grado de objetividad y traducir mucha de esta información en números, que es el lenguaje que deben aprender a hablar los socios de las empresas. Los asesores podemos ayudar a las familias a generar confianza entre ellos si fomentamos una cultura de transparencia y cuentas claras, pero siempre estarán supeditadas a la capacidad de cada miembro de una familia a interpretar los datos que generen los reportes financieros. Es por eso que pienso que, para poder apoyar a una familia empresaria en este aspecto, los asesores deben saber:
Desarrollo profesional
Comprender la dinámica de una familia significa ser consciente que el asesor puede ser el próximo chivo expiatorio de su cliente. Por eso, en mi opinión, un asesor se puede considerar objetivo cuando aprende a vivir sin miedo a ser despedido, en cualquier momento, por la familia que le ha contratado. Pero esto es algo que solo se puede conseguir cuando tiene una solvencia sólida en todos los aspectos de su vida profesional. Por ello, creo que es bueno que un asesor sepa:
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